Iro wa nioedo
chirinuru o
Waga yo tare zo
Tsune naran
Ui no okuyama
Kyou koete
Asaki yume miji
Ei mo sezu.
Los colores que resplandecen
se apagarán.
¡En nuestro mundo nadie es inmortal!
La remota montaña de la vida
hoy habré atravesado.
No albergaré más sueños frívolos
ni me embriagaré.